Agosto

Que bien sabe el verano desde que estoy contigo. Las cosas son distintas si se ven a través de la ventanilla de tu coche. Conduces con tus gafas de sol azules y esa sonrisa de talla grande, el pelo despeinado, tan guapo como siempre. La música alta y el viento contra la cara. Si nos tenemos cerca podemos con todo, invencibles y eternos. Me da igual mar o montaña, tomar algo en una terraza o pasear de la mano sin decir nada (Diciéndonos tanto) Solo importamos nosotros y estos tres meses para comernos sin parar ni para respirar. Los días saben a salitre, como si tus besos fueran el océano más grande de todos. Piel tostada y bikini, la playa de siempre con los de siempre. Mirarte de reojo en la toalla de al lado y pensar en cuantos veranos pasé sin ti. Sonríes, me sonrojo recordando cuantas veces conquisté esos lunares. Arena entre los dedos, el agua hasta el cuello, pero sin miedo. Abrazarte bajo el agua, sin hundirnos no porque seas salvavidas si no porque somos un equipo. De repente la gente desaparece y solo estamos tu y yo en esta playa, el sol contra la espalda, la piel empapada y la sonrisa a tres mil revoluciones. Ojalá no acabemos nunca.